Lluvia de
realidades
que de vez
en cuando
parece
disfrutar
empapando
y encharcando los sueños
que sin
aire, sin chispa, sin ilusión,
se tensan,
se agobian, se marchitan
por buscar
respuestas lógicas
sin ser
conscientes de que el corazón
vive en un
mundo aparte
y no
atiende a razones ni normas…
Abro el
paraguas y comienzo a caminar
a pasos
lentos por las calles mojadas,
respirando
la humedad del aire
y si es
salado mejor,
descifrando
cada sensación,
haciéndome
más fuerte a cada paso andado
hasta que
me veo capaz de volver a vibrar
de volver
a brillar, a soñar y cerrar el paraguas
para
disfrutar de la lluvia calándome la cara
cegando
mis ojos, resbalando por mis ropas,
pero manteniendo
al corazón arropado contra
ese frío
de las insensibles realidades...
Un abrazo. Mare@