cuando la
luz se ha vuelto tenue
y su
ventana iluminada la desvela en silencio
a leves
toques de aire salado
ajetreando
los visillos color miel
en los que
su figura se va dibujando
con movimientos
acompasados, lentos,
mientras ella…
suave, relajada, sensual…
dejando caer
su ropa
deslizada por
sus formas
dejando su
contorno al descubierto
su pelo, el
boceto de su cara,
sus pechos
tensados y provocadores
su cintura
y sus piernas,
y sus
manos que saben acariciar
que saben
recorrer
y catan cada
centímetro de su geografía
saben
moverse con esmero, con cuidado,
con
suavidad, con dedicación
como un
espectáculo de sombras
del que esos
ojos que miran
no pueden distraer
su atención…
… la
observa desde el infierno
… que le abrasa el corazón
… que descubre sus deseos
… que la entregaría su amor
como aquel
día por accidente
mientras
esperaba el bus
sentado
frente a su ventana
con la
mirada perdida
se topó
con esa silueta tras las cortinas
y a la vez
con su razón
y quiso desviar
la atención, un cometido imposible
ni decoro,
ni vergüenza, fue pura e intensa atracción
ver como
se desprendía de sus ropas
ver como
se regalaba su momento de atención
Como cada
anochecer….
sus manos
vuelven a explorarla
entre el
velo de sus cortinas
cada poro
de su piel
con suaves
caricias que parten
desde sus
mejillas hacia su hiel
coqueteando
con el viento
respirando
su marino aliento
y jugando
con su velo de miel
entrelazada
con él
tensada en
esa tela suave
que la
viste y desviste
que la
arropa y destapa
que la
mima, que la ama
hasta que
su silueta se agita
se acelera
y estremece,
y sus boca
se entreabre, desea y se mece
hasta quebrar
el momento y extender sus alas de placer
para volar
hacia el infinito mientras…
… la
observa desde el infierno
… que le
quema la conciencia
… que le abrasa
el corazón… que descubre sus deseos
… que la entregaría su amor
Como cada
anochecer….
en la parada del bus
una nota sobre el asiento vacío
frente a esa ventana velada
que decía… que deseaba
que le añoraba y le esperaba
y esa silueta tras las cortinas
se mantuvo vestida e inmóvil
mientras la noche se cerraba
mientras el día acababa
mientras unos ojos observaban, desvelaban
tras la tela de miel, una inquietud desmedida
un deseo
atenezado, una ilusión descolorida
una
tristeza solitaria, vacía.. de amargo sabor ... hasta que la luz se apagó …
… la amó
desde el infierno
… y le venció
la conciencia
… que le destrozó
el corazón
… que le
arrebató sus deseos
… que le despojó
de su amor
Un abrazo. Mare@