sábado, 25 de junio de 2011

40


Cuarenta veces que apagué pequeños fuegos de cera, en progresión…
Cuarenta veces que miré atrás horas antes del momento…
Cuarenta veces que me he sentido feliz por uno más…
Cuarenta veces que van quedando atrás dando forma y color a lo que soy…
Cuarenta veranos que no dejé de visitar el mar, de acercarme a sus orillas…
Cuarenta secuencias de 12 meses en los que uno siente como el tiempo sabe de volar…
Cuarenta razones para querer y desear vivir otros cuarenta y tantos más…


Un abrazo a todos. Mare@


p.d. como nota anecdótica felicito también al E-MAIL o el llamado coloquialmente "Emilio", pues sus primeras andaduras datan de 1971:

Esta poderosa herramienta se coló en nuestra cotidianidad a mediados de los noventa, pero fue 1971 el año en que Ray Tomlinson, un ingeniero informático neoyorquino al que debemos el uso de la arroba, pulsó el botón de envío por vez primera. Se cumplen por tanto cuarenta años, cuatro décadas en las que los “emilios”, como se denominaba coloquialmente a los emails a principios de siglo, han viajado de un lugar a otro del mundo sin descanso, cargados de buenas y malas noticias. (ABC Medios y Redes)

lunes, 20 de junio de 2011

Vacío Estival

La adicción de la rutina
llega a esclavizarnos tanto
que cuando es tiempo de vacaciones
nos encontramos perdidos
y sin saber bien qué hacer o
por dónde tirar…
hasta que logramos reaccionar…
un abrazo. Mare@

miércoles, 8 de junio de 2011

Autopista


                   El rugir alegre del motor, rojo intenso, palpitante, acompasado, sonaba a nuevo, intenso, limpio, solos en una noche oscura, o una mañana clara, o una tarde de bruma,
busqué una única dirección, abrí bien los ojos y fue entonces que... metí primera, segunda, tecera, cuarta, quinta, sexta... y volé hacia dentro

Es suficiente con
a penas unos segundos ralentizados
inmersos ambos en un tupido silencio
aislándonos adrede de todo lo que nos rodea

Sólos, a la par, tú y yo

sin que un parpadeo nervioso
logre interrumpir el encuentro
y me convierto entonces
en un osado piloto

Ilusionado, avivado, alimentado por ti,

derrapando y disfrutando en las curvas
dibujadas a conciencia
acelerando y pisando freno
en las rectas llanas y profundas

De esa óptima e ilusionante autopista

que desde tus ojos emprende camino
hacia lo más intenso,
hacia ese lado más íntimo,
hacia la inmensidad de tu inexplorado interior...

Mare@