martes, 29 de diciembre de 2009

Brindis por el 2.010

"Nos acercamos al ritual: baja el carillón, suenan los cuartos y comienzan una tras otra las doce campanadas... y a la par, todos los españolitos, vamos engullendo esas 12 uvas tan especiales..."

Una teoría:  Se cree que esta tradición nace en 1909, al producirse un excedente de esta fruta. Un grupo de productores vinícolas alicantinos que no quería que se echaran a perder, decidió emplearlas para recibir el nuevo año mientras escuchaban las campanadas de las doce de la noche. Pronto surgió la idea de que esta costumbre traería buena suerte para el año entrante.


Más teorías: También el pueblo hebreo demostraba su hospitalidad hacia los invitados con piezas de fruta. Los invitaban a tomar tantas piezas como horas habían pasado juntos, demostrando así su cordialidad y amistad. Lo cierto es que aunque la costumbre de comer doce uvas en Nochevieja es 100% española, no hemos inventado nada nuevo, pues ya en el Imperio Romano durante el mes de enero se invitaba a los amigos a comer miel con dátiles e higos para olvidar el mal sabor de las cosas y que el comienzo del nuevo año fuera dulce.




Hoy el TREN se viste de gala para desearos a todos un año 2.010 donde podamos

ver cumplido alguno o algunos de esos sueños que están incluidos en la lista de anhelos,

ilusiones y cosas pendientes por hacer que todos tenemos guardada en algún viejo

cajón de nuestro interior.

Un abrazo y chin chin..... salud.  M@

sábado, 26 de diciembre de 2009

De Luces

Hoy, el viento me ha contado...


que aquí también fue Navidad... el Angel de la Guarda de tantos marinos... un referente, una luz que da vida cuando todo es oscuridad...  







M@

lunes, 21 de diciembre de 2009

Tiempo de Navidad


Después de un periodo otoñal, donde los cuerpos se alteran extrañamente, donde se entremezclan el calor, el frío, la lluvia, el viento, los anocheceres tempranos, donde aumentan las horas de sueño, y empiezan los catarros, los Colegios, las rutinas, después de los tonos marrones de las aceras que tanto he andado y de los árboles que tanto me han acompañado, llega el blanco impoluto de la Navidad

... el frío que invita a frecuentar más de lo acostumbrado los andenes y túneles de metro, ese frío que invita a sentarse frente a un fuego en compañía de los amigos, de los amores, de la familia… esta época tan de abrazos y buenas caras, incluso de favores gratuitos… me gusta observar y darme cuenta lentamente de cómo cambia el aspecto de todo lo que nos rodea habitualmente, me acerco a ese puesto de madera con sus añitos ya, donde por 2 € te venden unas cuantas "castañas asadas" calentitas dentro de un cucurucho de papel de periódico… tengo suerte a mi no me las quieren cobrar nunca… y seguidamente me dispongo a tomar asiento en ese banco metálico tan céntrico, en pleno “km 0”…


... a pesar de los grados, la calle aumenta su temperatura de forma gradual a medida que se acercan esas fechas de último de mes y primeros del que viene… (que por lo que dicen ya se incluye en un nuevo año, aunque para algunos nos es difícil apreciar diferencia alguna entre un antes y un después a esas fechas)… como iba diciendo, en estas calles de adoquines y asfalto se va notando el calor de las fiestas que contrarresta el frío invernal, a la vez que se van engalanando de luces de colores, de formas variadas y llamativas, de copos de nieve artificiales, de gorros de Papa Noel adornando las cabezas de un buen número de los que se manejan estos días por el exterior, escaparates de tiendas con mensajes navideños, villancicos que se dejan oir entre la multitud… me gusta observarlo todo desde aquí, desde esta situación privilegiada que tengo ya que yo no padezco esas prisas, ni necesito de salidas de última hora para realizar las compras pendientes, me gusta disfrutar de este momento, me encanta este ambiente... quizás después de todo sea afortunado en cierta manera… aunque…


Desde que ha comenzado la cuenta atrás hasta el día 31, me marco la misma rutina, pasear y observar el movimiento, la evolución hacia las fiestas… que alegría da ver tanta vida, parejas sujetas del brazo comentando escaparates, niños recreándose en la Plaza Mayor, disfrutando de los puestos navideños con sus padres, familias al completo haciendo sus compras de Navidad, merendando juntos, risas, bromas, amigos inesperados que surgen de la nada… cuánta felicidad parecen desprender. juraría que es hasta contagiosa…

... Y ha llegado el día 24, esta noche las casas decoradas como merece la ocasión acogen familias enteras que se han reunido al calor del hogar para cenar juntos, cantar villancicos y contarse mil y una batallitas, los restaurantes y hoteles, para los que se lo pueden permitir, también acumularán gran cantidad de comensales en sus mesas, un fenomenal ambiente festivo, ¡cuánto se puede ver desde aquí!, desde este banco tan acogedor aunque algo frío,

... cuando el reloj de la "Puerta del Sol" marca las once y veinte de la noche, todo el gentío que estos días se repartía de manera vertiginosa por cada rincón de las calles de esta ciudad, ahora las han dejado desiertas, con sus luces y adornos, pero sin ese calor tan esencial de las personas, tan solo se oye el ruido de los neones, los transformadores de las farolas y algún que otro autobús o taxi de guardia… claro, vaya, si es tarde ya, es hora de cenar… estaba absorto en esos pensamientos, en la magia del momento y no me he dado cuenta del tiempo... sin vacilar un segundo, mirando el reloj de la fachada, cojo mi cucurucho de papel, mi gorra de lana y rápidamente me pongo en pie para no llegar tarde a casa y no hacer esperar a todos… es de mala educación... pero.... "a casa"… "a todos"… sin llegar a dar un paso, y con la mirada perdida en las agujas de ese emblemático reloj, una neblina húmeda entorpece mi visión…. ¡seré idiota!… sonrío de manera sarcástica y con un gesto de resignación, vuelvo a tomar asiento, con mi gorro puesto, abrigado todo la más que puedo y dispuesto a pasar esa noche envuelto en una lujosa y amplia casa de cartón con vistas al mar, o a la nada, depende del sueño que toque acometer esa noche… a pesar del frío creo que puedo llegar a sonreir...






FELIZ NAVIDAD AMIGOS...
y DULCES SUEÑOS...

M@




martes, 15 de diciembre de 2009

Nieva


Pues sí, anoche, mientras dormía, toda la calle se volvió blanca, asfalto, aceras, coches aparcados, árboles, casas, columpios... todo bañado de un blanco impoluto al que lamentablemente, y muy a mi pesar, fui alterando a cada paso que daba para llegar hacia el metro... ¿alguna vez os habéis parado bajo los finos copos de nieve?, no es como la lluvia, no....... no se oye nada aparentemente... o quizás sí, un silencio digno de ser escuchado pacientemente, acompañado de esas suaves caricias de agua helada con tintes de algodón que dan colorido de cuento al nuevo amanecer...

Hoy he ido a trabajar con otra alegría, no sé, me ha venido bien sentir la nieve y ver todo tan liso y limpio... tan blanco... tan puro y perfecto... tan de cuentos... a pesar del frío... la nieve ha caido como una lluvia seca ralentizada... se respiraba una tranquilidad absoluta... me vi envuelto en una fantasía cualquiera sacada de un libro cualquiera, escrito por un autor de los que saben soñar despiertos... pero, todo lo bueno dicen q acaba pronto, y así sucedió, al entrar en la boca de metro y empezar a bajar las escaleras metálicas, ahí todo volvía a ser como antes, la nieve de mi abrigo se derretía, y el sueño fugaz quedaba tras de mi...

Pasada una hora, cuando volví a ver la calle, la nieve se había esfumado, dejando ligeras muestras para que, al menos, tuviera la certeza de que ese sueño tan corto había sido real....

Huele a Navidad... un abrazo a todos.

M@

viernes, 4 de diciembre de 2009

Suave



... suave ...
-
Saborearé el susurro de tu respiración
mientras mis manos observan y descifran tu silueta
a la vez que las miradas hablarán de deseos
sabiendo que los labios se disponen a regalar caricias
en tu acelerada piel de melocotón...
-
... suave ...



M@