Pues sí, me ha ocurrido varias veces, en mis viajes subterráneos, donde la gente se agolpa y donde se lucha por un lugar privilegiado dentro de un vagón de metro o tren…
Sucede que yo, en el cercanías, suelo ir sentado puesto que mi estación de partida es la primera del recorrido.
Vale, comienza el viaje, tran tran, chucu chucu chuuuuu….., que si
“ding dong ding, próxima estación ….. TAL…” y hale se sube una señora de avanzada edad, jadeante y fatigada, mirando, como alma que pide amparo, hacia ambos lados del vagón, obviamente, buscando un asiento libre claro, cosa casi imposible a esas horas y en la estación número 4 del viaje. La miro, estoy casi medio vagón más allá y me quedo observando a los que están sentados alrededor de la mujer….nada, ninguno hace intención de mover el culo, es más, se ofuscan en los sudokus, en sus libros o en los diarios gratuitos, sin levantar ni un segundo la mirada, aunque se les nota que saben lo que tienen delante, ahí de pie. Bueno pues, tragándome mi timidez (nunca me ha gustado llamar la atención) me levanto del asiento y alzando la voz le digo a una chica
“oye, oye, perdona, ¿te importa decirle a aquella mujer que si quiere sentarse aquí?, le cedo el sitio” la chica le dice a otra que estaba más cercana que le pregunte a la señora si quiere asiento, (joder menudo revuelo, tierra trágame) y claro, la mujer con gesto de
“ays me duelen todos los huesos y alguno más, cabrones que ninguno ha tenido la vergüenza de levantarse…” viene hacia mi y con una media sonrisa me da las gracias y toma asiento. Yo me quedo en pie, me retiro a un lado, y disimuladamente me doy cuenta de que la gente que estaba sentada cerca de la mujer pues me miran de vez en cuando con un gesto extraño como si, encima, les hubiera jodido que yo hubiera hecho eso puesto que los he dejado como mal educados… todo ello conlleva un nuevo aumento de mi sonrojo.
Pero… no se vayan todavía aún hay más……..
Pues bien, en otra ocasión, nuevamente voy sentado, con mis sentidos involucrados totalmente en la música que desprende mi MP3, aislado del resto, suenan Modestia, Hombres G, Erentxun…etc.. y al levantar la mirada me encuentro con una chica, de pie, plantada delante de mi, mis ojos a la altura de su cintura, va con ropas anchas, no puedo mirar nada más que al suelo, o a ella, la tengo delante de mis narices y no me apetece cerrar los ojos y hacerme el dormido (porque al final me duermo y me paso de estación)… no distingo bien si está o no embarazada, me da la impresión de que sí, pero claro, en esos primeros meses donde sólo tienes un poco de tripita pues uno, que tampoco es un experto en examinar y reconocer a mujeres embarazadas, pues no sabe si es SI o si es NO, y es entonces cuando surge la gran duda, ¿me levanto y la ofrezco el asiento? ¿estará embarazada? ¿no lo está? con esto no quiero decir que las chicas en estado de buena esperanza, como dicen por ahí, estén enfermas, no, ni mucho menos, lo que ocurre es que, normalmente sí están más cansadas, independientemente de cómo se lleve el embarazo, ¿cierto?
Bien, me intento fijar en su abdomen, en las manos, en la cara, en fin ya no sé si es que está rellenita o si realmente espera un bebé, claro ella no es tonta y ya se ha dado cuenta de que la estoy observando, y ahora que….. lo mismo si la pregunto: “oye, ¿estás embarazada?” ofreciéndola el asiento, si por un casual, resulta que no lo está lo mismo se piensa que la estoy llamando “gorda” y se lo toma a mal… así pues sumergido en esas dudas me creo un estado de indecisión y de incomodidad tremendo, por tanto, opto por levantarme sin decir nada, como si me fuera a bajar en la siguiente estación, aunque luego me queden más de 6, me dirijo hacia el otro lado del vagón, me hago un hueco a base de pequeños empujones y con el método cuña, y desde allí observo como un chico la pregunta si se va a sentar… ella, en plan ¿yo?,¿ pa qué? le indica que no… claro, el chaval coge y se sienta tranquilamente en el sitio que YO he dejado libre, (toma José, para que vuelvas)…. Ahora me toca estar de pie, 6 paradas más, unos 20 minutos, apretao, aguantando el brazo del de delante en tu boca, la espalda de la que está detrás dándote toquecitos y atentando contra mis costillas con su bolso, el olor a sudor de un tío o tía que no ha debido ver el agua nada más que por la televisión… en fin, un viaje de los más confortable…
En fin, que uno no sabe en muchas ocasiones cómo acertar, por tanto, he llegado a la conclusión de que, para evitarme conflictos internos y no pasar vergüenza alguna en otra ocasión, pues decido no ir sentado, me jodo, me aguanto, pero a cambio voy tranquilo y sin come comes durante los largos viajes del día a día.
Ehhh, shissss, ehhh venga despertaros que os habéis quedado fritos, fin del viaje por hoy, que nos bajamos en la próxima.
Un abrazo. Marea@